“Paso de enseñanzas medias a la universidad” por Paloma Delgado
Cada vez que cerramos una etapa y empezamos otra, ya sea en el ámbito académico o personal, ganamos experiencia, maduramos e incluso nos ilusionamos. En algunas ocasiones seremos conscientes de ello, y en otras quizás no tanto. En este caso, es muy probable que sí que te hayas dado cuenta del gran cambio que supone pasar de Bachillerato a la universidad.
Uno de los pros de la universidad es poder estudiar algo que te llame la atención, dejando así a un lado las asignaturas más genéricas que en Secundaria o Bachillerato ni te iban ni te venían. No obstante, la universidad requiere una gran responsabilidad y fuerza de voluntad. Al contrario que en el colegio, nadie va a ir detrás tuya recordándote que tienes que entregar un trabajo o que tienes que ir todos los días a clase. Por otro lado, el temario es más complejo por lo que te ves obligado a tener un buen hábito de estudio con una rutina adecuada.
Asimismo, es muy motivador saber que estas construyendo los cimientos sobre los que algún día comenzará tu vida profesional. Al final son experiencias que te sirven de trampolín para llegar a alcanzar tu trabajo ideal; a ser ese médico o abogado que tanto deseas o el dueño de la empresa que soñaste durante tantos años.
La universidad también te brinda la posibilidad de aprender mediante otras actividades como voluntariados, conferencias, cursos, etc. Todo esto junto a estudiantes de toda España e incluso del mundo, algo muy enriquecedor para el desarrollo de nuestras habilidades.
Además, para muchos estudiantes comenzar la universidad también significa irse a otra ciudad sin su familia. Por lo que no solo se estará acostumbrando a un sistema de aprendizaje nuevo, sino que también deberá aprender a gestionar su propio dinero.
En definitiva, como cualquier otro cambio de etapa la universidad tiene sus pros y sus contras. La motivación y constancia aquí juegan un papel muy importante, al igual que la manera en la que te organizas; ya que si lo haces bien y con cabeza hay tiempo para todo: estudiar, hacer deporte, divertirse, salir y entrar.
Paloma Delgado García
1º ADE y Marketing